Comentarios sobre el artículo: Ni tecnocracia ni populismo: Hacia una gestión pública para la transformación en Venezuela.

Partiendo del artículo “Ni tecnocracia ni populismo: Hacia una gestión pública para la transformación en Venezuela”, podemos inferir lo siguiente: En Venezuela a finales de los años ochenta, fueron aplicadas una serie de políticas neoliberales, las cuales constituyeron procesos de cambios totales y significativos en los aspectos socioeconómicos del Estado. Estos cambios trajeron consigo una serie de políticas que coadyuvaron al fortalecimiento del mercado de importaciones, y debilitaron por ende la economía y los mercados internos. Dichos procesos se realizaron por medio de transformaciones estructurales en las políticas públicas de la mayoría de los sectores económicos y sociales, y durante ellos se implementaron modelos burocráticos tendentes al populismo, los cuales buscaban ilusionar a los ciudadanos corrientes, sobre las bondades que traería para ellos, la representación directa de sus intereses, la cual solo podría ser llevada a cabo por profesionales de la política, por lo tanto era establecida una gran brecha entre el profesional de la política y el ciudadano común, quien solo se interesaba de modo recurrente por lo que sucedía en su entorno.

De esta forma las decisiones trascendentales quedaban solo en manos de algunos. Otro modelo que surgió fue el tecnocrático, en el cual la centralidad adquirida por supuestos “especialistas” en materias técnicas o en sectores específicos, transformaron los espacios económicos y sociales en monopolios dirigidos por actores que manejaban saberes de carácter técnico, afirmando así lo planteado por la Escuela de Frankfurt, la cual establece que el orden social actual en amplias regiones se encuentra sometido a la dictadura de una racionalidad básicamente instrumental.

En total contraste con el populismo y la tecnocracia, actualmente en Venezuela se propugna un nuevo modelo de gestión pública alternativo, en total correspondencia con el nuevo orden político y social nacional, este modelo es el llamado desarrollo endógeno, el cual constituye una forma de dirección alternativa, que gira entorno al hombre, sus derechos, deberes, necesidades y demandas de toda índole, el modelo endógeno centra su impacto en la comunidad. Por lo tanto nos podemos decir que el desarrollo endógeno sigue el punto de vista Habermasiano, el cual establece que en un contexto de tipo crítico, social y evolutivo, con base en la política contemporánea, los procesos tradicionales de la democracia no proporcionan el espacio necesario para la toma de decisiones colectivas, por lo que para lograr la reforma de la esfera pública, se requiere la participación activa de los órganos comunitarios. Como lo propugna el desarrollo endógeno es imperativo brindarles a todas las comunidades la posibilidad de participar en las medidas y decisiones públicas en todos los niveles, para así promover la incorporación de los ciudadanos en los nuevos patrones económicos, políticos y sociales. La modernización trae consigue peligros inminentes, por este motivo se requiere la construcción de una sociedad urbana e industrializada, pero con fundamentos humanistas y cultura democrática socialista, de lo contrario la sociedad misma puede impedir el aprendizaje de un entendimiento comunicativo de amplio alcance y desarrollar una afinidad con modelos autoritarios y totalitarios.


REFERENCIAS UTILIZADAS

Haydée Ochoa Henríquez y Jennifer Fuenmayor Carroz. Ni tecnocracia ni populismo: Hacia una gestión pública para la transformación en Venezuela.
H.C.F. MANSILLA (2008). Revista Contratiempo: Las ambivalencias de la democracia contemporánea en un mundo insoportablemente complejo e insolidario. Buenos Aires: Argentina. URL: http://www.revistacontratiempo. com.ar/mansilla_ambivalencias_democracia.htm
Jürgen Habermas (1963). TEORÍA Y PRAXIS. Estudios de Filosofía Social. URL: http://gertobis.blogcindario.com/2008/07/00259-teoria-y-praxis-j-habermas-i.html

Daniel R. Torres Pérez C.I. 15.118.620